Mercedes Benz Edición 68

“SI HAY TANTA GENTE QUE NO ES FOTÓGRAFA HACIEN- DO BUENAS FOTOS, ¿QUÉ NOS QUEDA A NOSOTROS? EMPUJARNOS A SER AÚN NECESARIOS. SI QUEREMOS SEGUIR VIVIENDO DE ESTO Y APORTANDO NUESTRA MIRADA, TENEMOS QUE BUSCAR OTRAS FORMAS DE CONTAR ALGO DE UNA MA- NERA NOVEDOSA”. colegio con una Canon A-1 que le habían regalado. Como buen hijo de arquitectos, el tema estético estaba presente en su fa- milia y captar imágenes era una forma de apreciarlo y expresarlo. “Eso se reflejaba en aspectos como el mirar, la belleza, lo plástico y artístico”, apunta. Al momento de realizar sus estudios superiores, optó por administración agroindustrial, pero al cabo de dos años se dio cuenta de que no era para él y su pasión por la fotografía fue más fuerte. Fue ahí cuando decidió transformar su hobby en su trabajo. Comenzó captando imágenes de arqui- tectura, gracias a la influenciay contactode sus padres en el rubro. “Como esas obras –las casas y los edificios– no se pueden mover, la única forma de difundirlas es a través de la fotografía y de las publicacio- nes”, recalca Guy. Aprendió la disciplina de enfocarse en cumplir con un objetivoya no solo en aspectos estéticos, sino también funcionales y comerciales. Estaba listo para dar el salto y darle prioridad a un nue- vo tipo de fotografías: las de naturaleza. FOTOGRAFÍA DE ALTURA Y NATURALEZA Con el tiempo, captar imágenes del mundo natural –su pasión– comenzó a tomar forma. El libro “Chile de lo Alto” (2001), con reproducciones aéreas de paisajes, le abrió las puertas a nuevos proyectos de lo que más le gustaba. “La naturaleza, el viaje y la aventura siempre fueron mi objetivo. Los trabajos en torno a estos temas se fueron dando y los fui priorizando en la medida en que podía hacerlo”, recuerda GuyWenborne. ¿Qué te gusta de la fotografía aérea? La fotografía aérea ha sido y es muy importante en mi forma de ver la natu- raleza. Los fenómenos geomorfológicos a veces se entienden mucho mejor desde el aire y también se comprende mejor la interacción entre el ser humano y la geo- grafía. Por otro lado, mi abuelo fue piloto, mi papá sigue siendo piloto y yo fui pilo- to. Entonces, unir el trabajo fotográfico 40 G racias a GuyWenborne, los chilenos tenemos una vi- sión diferente de nuestro país: desde las alturas y en- tre medio de los recovecos de su naturaleza. Por me- dio de sus exposiciones y publicaciones en medios impresos, masivos y digitales, sus fotografías muestran la inmensidad y la intimidad de ciudades, edificios, perso- nas, animales y paisajes. “Quiero dedicar mi vida a retratar cada rincón de la abru- madora geografía de Chile, de su gente y su cultura. Habitamos un territorio único y desconocido. Siento que hay mucho por hacer y descubrir”, afirma. A lo largo de más de 30 años de carrera detrás de una cámara y cerca de 40 libros –publicados, en sumayoría, por su propia Editorial Travesía– ha retratado el vino chileno, los paisajes de Chiloé, el Parque Huinay, Chile desde las alturas, el esquí, el rodeo, los parques nacionales, Santia- go, la Patagonia, los volcanes, el Ferroca- rril de Arica y tantos otros lugares. Son trabajos que nacen de una pasión que GuyWenborne tiene desde niño. “Tomar fotos me empezó a gustar gra- cias a las salidas que hacía con mi abuelo –George Walter Wenborne– durante los veranos, a pescar o a lugares remotos. Íbamos en su avioneta. Era una aventura. Y el tomar una foto del lugar al que llegá- bamos e instalábamos un campamento, era un rito que hacía mi abuelo. Posába- mos y era como registrar y dejar un docu- mento”, recuerda Guy. Eran paseos a lugares de difícil acceso, o simplemente sin caminos, en plena déca- da del setenta, como el Lago Yelcho, en la Provincia de Palena, que obligaba a llegar en avión a sitios cercanos como Puerto Cárdenas. Además, en su casa deVillarrica, el abueloGeorge tenía una vasta colección de la revista National Geographic que Guy leía y miraba con ahínco. “Esas aventuras quedaron y tienen consecuencias en lo que soy ahora”, dice el fotógrafo. Wenborne tomaba fotografías en el con esta mirada desde el aire, que estuvo siempre presente en mi familia, fue natu- ral. No lo busqué. Estaba ahí. ¿Cuál es el atractivo de trabajar la fotografía de naturaleza? Lo que me gusta de estar expuesto a la naturaleza es que vuelvo a un ser humano animal. En la ciudad vivimos rodeados de tecnología, recursos y logística que nos alejan de eso. Es volver a la esencia: sentir- se mínimo e insignificante frente al poder de la naturaleza. Eso para mí es la mejor terapia. Resetearse. El poder pasar cinco o veinte días sin conexión creo que, en los tiempos actuales, es el máximo lujo. ¿Cuáles son los temas quemás te atraen? Todo tiene su belleza, pero me encan- tan los paisajes austeros, entendiendo por ello aquellos en que a la naturaleza le cuesta mucho mantener la vida. Por ejemplo, el desierto, las montañas o el extremo austral, donde el clima es tan duro que, por más agua que haya, a los árboles les cuesta mucho crecer, porque están expuestos a un clima brutal. Me encanta retratar el esfuerzo que realiza la naturaleza por hacer vida. ¿Es tan especial la naturaleza de Chile? El hecho de que Chile esté ubicado en un eje norte-sur, con tanta variedad en su latitud, hace que tengamos un abanico

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